Maria Girona y EINA



La pintura de Maria es demasiado auténtica para que según quien la entienda.
Las principales características de su pintura son, por un lado, la total coherencia entre su personalidad y su obra y, por el otro, la total fidelidad a un hacer escogido desde el inicio. Pero una finalidad que no le ha impedido nunca interesarse por otros estilos y movimientos. Es decir, que el ánimo de ver y de conocer ha sido siempre fundamental para ella.

Texto manuscrito del dietario de Albert Ràfols (24 de abril de 1992)

 


Fotografía de Albert Font el día de la inaguración del Proyecto de transformación del jardín a escala 1:1 (1972).

Este año celebramos el centenario del nacimiento de Maria Girona, cofundadora y figura fundamental por su vínculo histórico, artístico y docente con EINA. Maria Girona ha sido una presencia muy valiosa en la evolución de EINA, como escuela y después como centro vinculado a la Universidad Autónoma de Barcelona, gracias a sus entusiasmo y soporte constante.

La suya ha sido una trayectoria que es necesario recordar por su inteligencia social, la delicadeza y su buen hacer, impregnadas de una bonhomía natural que reflejaba sus cualidades personales discretas y llenas de sabiduría y humanidad. Maria Girona aporta una trayectoria como profesora, miembro del Consejo de Estudios, del Patronato de la Fundación EINA y, también, como responsable de los estudios de Arte.

Docencia en EINA

Durante el período 1986-2003, Maria Girona codirige con Antònia Vilà el departamento de Arte. Los estudios vinculados los fundamentaron en un programa pedagógico que se ampliava con la participación de artistas y humanistas, encargados de talleres monográficos o asignaturas ya presentes en los organigramas de los departamentos de Arte y de Diseño. En este periodo, las secciones de Arte y de Diseño crecen y se atomizan como departamentos, desplegando nuevas vertientes de producción en diseño de interiores, diseño gráfico y abriendo una nueva línea de diseño de producto, la cual había tenido un desarrollo muy irregular en EINA hasta el momento, ampliándose también el equipo docente en todas estas disciplinas. Los talleres de arte jugaban un papel transversal entre los departamentos, aportando gracias a los artistas invitados, un marco contemporáneo estimulante lleno de diversidad y dinamismo tan característico del centro.

Respecto a su participación como docente de EINA, Maria Girona escribe en un dietario personal conservado en el archivo de EINA: "La escuela EINA ha sido muy importante para mí, porque aunque no he impartido demasiadas clases, fundamentalmente unos cursos de dibujo, formo parte de la comisión pedagógica, que es muy interesante sobre todo porque nuestra actuación es bastante experimental y siempre nueva. Los que formamos parte de esta comisión, vemos muchas posibilidades en una escuela como esta, de cara a los alumnos y también para nosotros, para aprender siempre cosas nuevas y poder poner en común el estímulo que necesita la juventud y todo el mundo para dar de sí lo que lleva dentro".

Los ciclos de poesía y collage que impartían junto a Albert Ràfols y Maria Girona, Toni Marí, Rosa Tarruella, Jaume Vallcorba, Sam Abrams y Carles H. Mor acercaron a la comunidad de EINA la comunicación interdisciplinaria de la poesía, sus juegos simbólicos y concretos, en los que la palabra hecha imagen tomaba una diversidad interpretativa.

 

 

 

La asignatura Técnicas sobre papel de Maria Girona, integra la enseñanza del dibujo en los estudios de EINA. La asignatura buscaba enseñar a los estudiantes el conocimiento de los diferentes medios de expresión gráfica (lápiz, tinta china, pastel, collage, técnicas mixtas) sobre el soporte papel, así como la educación de la vista como resultado del dibujo analítico y de la capacidad expresiva orientada a transmitir el gusto y la sensibilidad.

 


Programa de la asignatura Técnicas sobre papel impartida por Maria Girona (años 80)

Además de los profesores Patricio Vélez, Francesc Artigau, Serra de Rivera i Sergi Aguilar, Yamandú Canosa, Maria Helguera, Xavier Olivé, Santi Roqueta y Ernesto Fontecilla, a lo largo de esos años muchos otros artistas completaron una larga lista, ya fuera coo participantes en diferentes cursos monográficos o en los talleres intensivos. Algunos artistas que participaron en este amplio arco temporal fueron Joan Hernández Pijoan, Amat, Keith Adams, Guinovart, Angel Jové Silvia Gubern, Joaquim Chancho, Antoni Llena, el grup Usquam amb Guillem Balmes i Pere Saralegui, Rosa Tarruella, Lluis Doñate, Susana Solano, Juan Carlos Robles, Quim Camp, Jordi Canudes, Isabel Banal, Enric Mas, Alicia Vela, Roser Lacasa. També seguint el fil Albert Valera i Àngels Viladomiu així com la incorporació de Patricia Lin, Jordi Colomer, Jordi Fulla, Xano Armenter, Salvador Juanpere, Eugènia Agustí, Montse Carreño, Cristina Pastó, Jo Milne y molts d’altres.

Acciones y performances en EINA

Maria Girona participó activamente en muchas de las actividades llevadas a cabo en EINA a lo largo de los años 70 y 80. Una de las más destacadas fue el montaje Proyecto de transformación del jardín a escala 1:1 (1972) ideado y llevado a cabo por ella misma, en el que reflexiona sobre realidad, ficción y percepción. Los decorados de teatro son de papel pintado a mano, y se distribuyen por el jardín conformando un gran collage que permite ver el soporte de las estructuras de madera que los aguantan. La artificialidad de su realismo se pone en evidencia al contrastar con los elementos naturales del jardín, al mismo tiempo que estos últimos adquieren un sentido diferente al incluirse dentro de la ficción.

 

Unos años más tarde, en 1974, participa en la exposición Entorno al tronco, ideada por Albert Ràfols y Xavier Olivé y que plantea una transformación temporal y parcial del jardín de la primera sede de EINA a partir de diferentes intervenciones sobre los troncos de sus árboles. Mariga girona lo hace con una intervención que consiste en una reproducción de sí misma que se instala sobre uno de los árboles del jardín.

 


Obra de Maria Girona para la exposición Entorno al tronc (1974).

En el año 1980, participa en la muestra de EINA Junio en el jardín, una exposición sobre el jardín en el jardín, en la que este lugar actúa como una galería de arte. En la exposición se incluye también una nutrida representación de profesores y estudiantes de la escuela que exponen pinturas, dibujos, esculturas, fotografías o realizan intervenciones sobre el espacio.


Obra de Maria Girona en la exposición Junio en el jardín (1980).

En 1981, forma parte del seminario Gusto y estilo: intercambio de sensaciones, junto con Sergi Aguilar, Francesc Artigau, Albert Ràfols, Xavier Olivé y Francesc Todó. El seminario persigue relacionar la estética de un artista con la de un chef y su restaurante. De esta manera, cada participante colabora en el diseño del menú y la correspondiente carta. Maria Girona lo hace con el restaurante Suntory, el primer restaurante japonés de Barcelona.


Carta de Maria Girona para el menú del restaurante Suntory (1981)

Unos años más tarde, en 1995, participará también en la actividad Gusto y estilo, la cocina de los artistas, celebrada como clausura del Segundo Congreso Catalán de Cocina. En esta ocasión dibujará un brazo de gitano de frutos rojos con violetas elaborado por la Escuela de Hostelería Arnadi, que se sirvió como postre en el menú.


Postre dibujado por Maria Girona para la carta del menú Gusto y estilo, la cocina de los artistas (1995)

Trayectoria artística

La obra de Maria Girona se corresponde con una pintura consolidada a lo largo de su vida, la cual se impregna con un diálogo con el arte en el que la sensibilidad y la inocencia son algunas de sus características fundamentales. El corpus de su obra nos desvela una fidelidad a un mundo tan particular como personal de raíces novecentistas y, sobre todo, atento a las aportaciones de las vanguardias. Ella, de una manera clara y constante, fue perfilando su recorrido y estableció una dialéctica con el movimiento moderno a medida que su vida plástica se fue conformando exquisitamente.

En un dietario personal conservado en el archivo de EINA, Maria Girona comenta la influencia de Albert Ràfols con las siguientes palabras: "La influencia de Albert sobre mi obra ha sido muy profunda. No fundamental, porque yo veo la forma y los colores de una manera bastante personal, pero sí, como él dice, por cosas que a él se le ocurren, o por comentarios sobre libros o escritos. Tiene un sentido muy origial y eso para la persona que está a su lado resulta muy estimulante. Ver lo que pinta, aunque nuestra pintura sea muy diferente, o precisamente por eso, me empuja, cosa que si estuviera sola, seguramente no tendría. Y, finalmente, ¿comó me situo en el arte contemporáneo? Yo no puedo situarme en ningún lugar, pero como creo que mi obra no está enquilosada sino que la siento viva, pienso que puedo estar en un nivel más o menos alto o bajo dentro de este arte contemporáneo. No obstante, [valorar] el estilo de mi pintura, lo dejo a los críticos, porque la verdad es que no lo sé".

Su trayectoria se encuentra representada en el fondo de arte de la Fundació EINA con un total de once obras en diversos formatos y técnicas como la serigrafía, la litografía, el dibujo o la pintura al óleo, que van desde el año 1978 hasta 2006. La lista completa de obras es la siguiente:

  • Lliri blau (1978). Serigrafía.
  • Menú (1981). Dibujo sobre papel.
  • Finestra blava i vermella (1989). Óleo sobre lienzo.
  • Matolls i mar (Cadaqués) (1989). Óleo sobre lienzo.
  • Sense títol (1993). Dibujo sobre papel.
  • Gust i estil (1995). Dibujo sobre papel.
  • New York ’96 (1996). Óleo sobre lienzo.
  • Camp de lli (1998). Óleo sobre lienzo.
  • La palmera (2001). Óleo sobre lienzo.
  • Cançó: poemes per a Maria (2004). Serigrafía.
  • Sense títol (2006). Litografía.


Lliri blau de Maria Girona (1978)

Las claves de su trabajo nos revelan una voluntad construida en el ejercicio continuado del dibujo, la pintura, la obra gráfica, el diseño téxtil y la docencia, ámbitos que se manifiestas con una fertilidad aparentemente sencilla y que comunican una sensualidad confortable que se fue contextualizando y depositando en nuestra memoria cultural. Es necesario citar que la pasión de Maria Girona por la pintura se desplegó indiscutiblemente desde una sensibilidad primaria tan profunda como clara, desarrollando un lenguaje muy personal e inconfundible. Indicios que hacen evidente su inteligencia despierta, organizada y su curiosidad por el mundo que la rodea. Maria consiguió con su pintura aportar una mirada tangible de la realidad desde una mirada interior que atravesó la vida, los lugares y la música callada de las cosas que la atraían en el ámbito privado.


Sin título (2006).

Las herramientas que utilizó para mostrar su mundo emocional se construyen a partir de una mirada estructurada en la que vierte la plasticidad de su mundo que podemos percibir des de dobles distancias, en que lo más próximo y cotidiano se universalizada a partir de un cromatismo propio que va evolucionando desde la estructura inmnente de los signos de su universo simbólico. La forma y el color presiden una abstracción figurativa del espacio en el que la idea de la ventana enmarca las ciudades visitadas y los lugares vividos: la Place des Vosgues de Paris, los edificios de Nueva York, la casa de Barcelona, el puerto de Palma Mallorca, o los paisajes de Calaceit o Cadaqués. Presencias rescatadas de los entornos, como mesas y sillas del jardín o las glicinas de la primera sede de EINA, nos aportan un nuevo clasicismo a la visualidad de los géneros pictóricos.


New York ’96 (1996)

Maria se mantuvo fiel a su imaginario pictórico en la «lección de Matisse» y la veneración a la superficie plana de la pintura y el color, y por una aventura tan rica, como continuada al preservar la concreción de los elementos básicos de la composición. La meditación sobre los objetos cotidianos, sus recipientes llenos de frutas sabrosas, de limones y cerezas, responden a la «lección Cézanne» que atraviesa los objetos buscando la concisión de su cuerpo geométrico en la búsqueda de la fisicidad pictórica.

Publicaciones editadas por EINA

A lo largo de los años, EINA ha dedicado diversas publicaciones a la figura de Maria Girona, que recogen su obra presente en el fondo del a institución. Estas son:

  • Maria Girona i Albert Ràfols-Casamada al fons d'art de la Fundació EINA. Barcelona: Fundació EINA, 2002.
  • Marí, Antoni; Mitrani, Àlex (eds.). Maria Girona i la crítica. Barcelona: Fundació EINA, 2011.
  • Ràfols-Casamada; Albert; Girona, Maria. Cançó: poemes per a Maria. Barcelona: Fundació EINA; Ediciones de la Rosa Cúbica, 2004.

Texto de Antònia Vilà.