Este trabajo surge de mi experiencia fotografiando escenas de la cultura rave. Analizo el funcionamiento de esta cultura como una comunidad que da refugio a quienes se alejan de la “sociedad del espectáculo”, tal y como la describió en su momento Guy Debord. Presento el concepto de continuum como una serie de situaciones de disociación colectiva que, a través del techno, el baile y las drogas, potencian la improvisación y las intenciones genuinas. Mi deseo de congelar la esencia de estos momentos plantea una serie de dilemas éticos que se exponen a lo largo del trabajo. Usando el pixelado como forma de censura, me cuestiono mi posicionamiento sobre la práctica fotográfica.




