El proyecto «La cocina de los materiales. Práctica del transciclaje en el espacio doméstico» inventa un nuevo concepto en la cultura del reciclaje, el transciclaje. Este aparece cuando se tensan paradigmas como alimentación y caducidad. La persona se relaciona con el residuo orgánico a través de su manipulación otorgándole un sentido simbólico y emocional. El resultado es un nuevo material y un aprendizaje sobre la materia residual.
Para su práctica, son necesarios los espacios con finalidades abiertas. En este sentido, se considera la cocina doméstica como un espacio potencial. En ella la práctica del transciclaje transforma el sentido del entorno introduciendo un nuevo sistema que complementa el ya existente; la cocina de comida en sí pero también la elaboración de materiales con los excedentes. Esta visión del espacio, plantea una nueva jerarquía de los elementos en la cocina y da visibilidad a los excedentes, situándolos a la altura de la vista. La practica del transciclaje propone que sea la persona la autora de sentidos, tanto de la materia procesada como del espacio.