Naturaleza muerta realista, 1984

Naturaleza muerta realista 1984

Naturaleza muerta realista es una performance de Xavier Olivé, Josep Bagà, Jordi Colomer y Agustí Jansana para celebrar en EINA el inicio del solsticio de invierno de una fría mañana de noviembre de 1984.

 

Esta naturaleza muerta es la interpretación de un género pictórico, y no la de una obra en concreto. Un género muy popular en el cual se representaban piezas como animales de caza, fruta, flores o utensilios de cocina y de la casa, en un espacio determinado y que simboliza la vanidad humana y la brevedad de la existencia, así como la fugacidad de los placeres humanos y, en definitiva, de la vida.

La gran dimensión de la obra (600 x 250 x 100) dificulta la lectura unitaria del "cuadro" y propone, por el contrario, una suma de lecturas segmentadas y parciales que se realizan con el paso del espectador por delante del nuevo cuadro.

 

Natura morta

 

 

La imagen de la obra está velada por un tejido tratado con pigmentos que se interpone entre el espectador y la naturaleza muerta. El suelo, lleno de plumas como el de después de haber desplumado las aves.

 

 

Llebre penjada

 

 

El olor de los animales de caza: liebres, perdices y faisanes, así como el pavo es penetrante, contribuyendo a la inmersión del espectador en la performance ambigua y un tanto perturbadora. Las liebres, colgadas siguiendo la técnica del faisandage, se dejan pudrir unos días para que su carne sea más tierna.

 

 

Fragment de la natura morta

 

 

La ambigüedad protagoniza la acción. El mantel blanco con pinceladas al oleo, permiten conseguir una textura propia de un lienzo. Encarcarados por la pintura, se enfatizan los pliegues de la ropa. Las frutas y las flores, los picos de la aves y las pezuñas de las liebres están barnizadas con trementina para dotarlas de un brillo artificial. Las sombras son reales, pero también se pintan algunas adicionales, convirtiendo al espacio en un sitio todavía más sombrío, como el de las naturalezas muertas del Barroco.

 

 

Fruites exposades

 

 

Los candelabros y bandejas de plata denotan la opulencia y la vanidad humana, personificados en una suntuosa mesa. La fruta mordida, el pan desmigajado, y toda una serie de alimentos que el comensal ha comenzado a comer y ha dejado a medias, junto con las flores marchitas o las velas consumiéndose, enfatizan la sensación de fugacidad, de un tiempo que pasa y no volverá, como la fugacidad de los placeres.

 

 

La performance concluye con un almuerzo. Los platos de cartón que utilizan los invitados están dibujados a mano, uno a uno, por estudiantes de EINA con diferentes alegorías de la comida. Otra forma de arte efímero.

 

 

Plats decorats per estudiants d’EINA

 

 

El menú de la tradicional cena de Navidad de EINA, celebrada en 1984 en el restaurante la Balsa de Barcelona, también hace referencia a la Naturaleza muerta. En aquella ocasión, por fin se pudo degustar la liebre.

 

 

Menú del sopar de Nadal de l’any 1984

 

 

En el año 1987, con motivo de la exposición EINA, 20 años de vanguardia celebrada en el Palau Robert de Barcelona, se rememora esta performance en un formato más minimalista. La instalación se clausura después de quince días dado el estado de deterioro de los alimentos que la formaban.

 

 

Natura morta en l’exposició EINA 20 anys d’avantguarda

 

 

Ficha técnica

 

  • Fecha y lugar: 16 de noviembre de 1984. Casa Manuel Dolcet (1a sede de EINA)
  • Idea y producción: Xavier Olivé, Josep Bagà, Jordi Colomer y Agustí Jansana.
  • Vídeo: Carles Ameller.
  • Fotografías: Manel Esclusa.
  • La caza se compró en la parada Salvador Capdevila del mercado de la Boqueria de Barcelona.
  • Los candelabors y bandejas de alpaca fueron alquilados a Crimons.

 

Referencias

Olivé, Xavier; Bagà, Josep (1985). “Una natura morta”. Papers impresos. Núm. 7.