“ExpoSURE 2024. Fotógrafos como diseñadores, diseñadores como fotógrafos” es la exposición online de los proyectos de los estudiantes del Postgrado en Fotografía y Diseño Editorial, que se presenta en el Instagram de Eina del 1 al 30 de julio.
Acercarse al universo visual de los estudiantes del Postgrado en Fotografía y Diseño Editorial de Eina es siempre sumergirse en un mar de miradas plurales, donde la experimentación y la búsqueda de un lenguaje propio se convierten en un ejercicio de introspección y revelación para ellos mismos. Este curso, la cosecha no decepciona y se ha mostrado selecta y perfumada como siempre, ofreciendo un banquete visual que desafía las convenciones y explora las profundidades del ser.
Los fotógrafos del colectivo ExpoSURE2024 captan lo efímero y lo eterno, recordándonos que la "autenticidad" es, en última instancia, un pacto cultural, como dice Shoshana Feldman. La obra de nuestros jóvenes fotógrafos no busca la "verdad" absoluta, sino que navega por las aguas de lo subjetivo, lo fragmentado y lo íntimo, revelando verdades parciales que resuenan con la experiencia humana.
Los líricos constructos escénicos de Matías Salinas evocan la teatralidad y el artificio, recordando a las escenografías de Jeff Wall, donde cada elemento está cuidadosamente orquestado para contar una historia más allá de lo visible. Estos escenarios se convierten en espacios de reflexión, donde el espectador es invitado a cuestionar la realidad y a participar en una narrativa abierta e inacabada.
En contraste, Carmen Barreiro se adentra en territorios más oscuros, poblados por fantasmas de absenta y celuloide, ecos de un pasado que se entrelaza con el presente en un juego de sombras y luces. Esta estética, que evoca el espíritu decadente de la bohemia parisina y el cine expresionista alemán, nos habla de una memoria que se resiste a desaparecer y que encuentra en la fotografía artística y matérica un medio para perpetuarse.
La influencia inconsciente de Abbas Kiarostami se palpa en la fotografía slow de Júlia Pérez Llach donde la contemplación pausada de un anodino huerto se convierte en una meditación sobre el tiempo y la naturaleza. Su cámara no es un mero instrumento de captura, sino una extensión del ojo que observa y del alma que siente, transformando lo cotidiano en poesía visual indie.
La supervivencia del pitcher en los patios de luces del suburbio nos traslada a un universo de lucha y resistencia, donde cada imagen es un testimonio de la capacidad del fotógrafo para encontrar historias en los rincones más inesperados. El trabajo de Giulio Lazzarini, cargado de fuerza narrativa y visual, evoca la dura realidad del exilio y la resiliencia, recordando el lirismo y la dignidad de los personajes de Ken Loach. Su fotolibro HOME RUN es una delicia que cuenta más de Lazzarini que del propio beisbolista.
El trifteo urbano de Armando Cora captura la esencia de un fenómeno que ha cautivado a la Generación Z. Los mercadillos de segunda mano han pasado de ser un recurso para mujeres vulnerables a convertirse en un "templo" de compras para jóvenes, influencers y aficionados a la moda. Estos jóvenes urbanos buscan con avidez prendas únicas para construir una imagen personal que los espejos de Cora nunca reflejan. Este trabajo, de estética sartorialista, revela cómo el trifteo se ha convertido en una expresión cultural vibrante, donde cada prenda cuenta una historia y cada imagen invita a quitar las capas de la moda.
La obra de Danishta Estuardo se sumerge en un universo de preciosistas bodegones con fondo negro, donde recrea rituales destinados a exorcizar heridas interiores. Plumas, consoladores, muñecas María y ojos de plástico se convierten en elementos simbólicos de un ejercicio colorista que trasciende lo meramente visual, sugiriendo un proceso de sanación y autoconocimiento. Cada composición de Danishta nos invita a adentrarnos en un mundo de introspección y liberación, donde la estética y el significado se entrelazan en una danza que, aunque impactante, deja al espectador deseando explorar aún más las profundidades emocionales que se insinúan en cada imagen.
Finalmente, la magistral deconstrucción por la vía archivística del mito de la familia nuclear de María Brañas nos lleva a un territorio donde la fotografía se convierte en un ejercicio de memoria y reconstrucción. En vez de un viewing room a lo Boltanski, Brañas nos revela el carrete de su vida, con una fragilidad durísima que nos deja, a veces sin respiración. Un fotolibro muy “zeitgueist”, que no deja de recordarme el Das Ende de nuestra Paula Tudela.
En conjunto, la obra de estos estudiantes es un testimonio de la riqueza y diversidad del arte fotográfico contemporáneo, un espacio donde la experimentación y la búsqueda de nuevas formas de expresión se entrelazan con la tradición y la memoria. Cada imagen es una ventana a un mundo, una invitación a mirar más allá de lo evidente y a descubrir las múltiples capas de significado que se esconden tras cada clic del obturador. Así, el viaje íntimo de estos fotógrafos se convierte en un espejo donde todos podemos reconocernos y redescubrirnos y, de hecho, así ha sido. Disfrútenlo como nosotros.
Dolors Soriano
Codirectora del Postgrado
Foto portada: Matías Salinas