Unfashionable Items  (which haven’t yet become trendy again), EINA Exhibition, 1971

Exposición Cosas pasadas de moda (aún no recuperadas), EINA 1971

Las jornadas de debate con el Gruppo 63 (1967) en EINA con un grupo de intelectuales italianos como Umberto Eco, Gillo Dorflex o Nani Balestrini, profesores de EINA e intelectuales catalanes como Gabriel Ferrater, Oriol Bohigas, Federico Correa, Mestres Quadreny, Carlos Barral o Jaime Gil de Biedma, entre otros, derivaron en todo un conjunto de actividades centradas en el estudio de la semiología, como los seminarios de estética (1967 i 1968).

En el año 69, Umberto Eco vuelve a EINA para impartir un seminario sobre el impacto semiótico de los mass-media y, particularmente de los cómics, un tema tratado también por Roman Gubern en la escuela un año antes. Un seminario que coincide con el proyecto de estudio semiológico de la Travessera de Gràcia realizado en el marco de las clases de Albert Ràfols. En aquel momento también se publican en España los libros Apocalipticos e integrados de Umberto Eco (Lumen, 1968), Símbolo, comunicación y consumo, i Nuevos ritos, nuevos mitos (Lumen, 1969) de Gillo Dorfles, los cuales analizan los problemas del kitsch y el pop-art. Susan Sontag ya había publicado Notes on "Camp" (1964) y Any Warhol funda la revista Interview (1969) dedicada al culto de las celebridades.

En este contexto de reivindicación del Kitsch, los cómics, el Camp y el mundo Queer, EINA organiza una exposición bajo el título Cosas pasadas de moda (aún no recuperadas), en la que invita a profesores, alumnos y amigos de la Escuela, los cuales deben aportar cualquier tipo de objeto pasado de moda (muebles, álbumes de fotos, libros, medicamentos, discos, trabajos escolares...). La exposición propone reflexionar sobre el buen gusto, las modas y el Kitsch.

Para el traslado de objetos grandes, como muebles, se habilita una furgoneta que pasa a recoger el material por los domicilios de cada participante.

Los objetos iban configurando la muestra a medida que llegan a la escuela. Los objetos son tratados como piezas museísticas, y se van disponiendo sobre unas mesas forradas de raso y con faldones.

En el marco de la exposición, se transforma el anexo de madera construido para ampliar la sala principal de la Casa Dolcet, en un bar de estilo Chalet Suizo, con una decoración muy de moda en los años 50.

La barra de bar (en forma de riñón) se acompaña de una decoración de la pared posterior formada por trofeos de caza, cuernos de animales y una cabeza de ciervo disecado, estanterías con copas ganadas en competiciones deportivas escolares, así como de los típicos banderines que se compraban como souvenir de los viajes.

En el bar, encontramos un servicio uniformado de manera anacrónica formado por camareras con cofia y camareros con pajarita.

En las ventanas del anexo se instalan unas cortinas para dotar al ambiente de un toque "más íntimo". En la exposición también encontramos ejemplos de muebles mal denominados "funcionales", decorados con pirograbados y con patas en forma cónica encoladas en diagonal.

Una vitrina como las que normalmente decoraban los comedores de las casas muestra la cristalería con copas de colores verde para el vino blanco y rojo para el negro, copas Pompadour para el champán, así como objetos decorativos como un pez de colores de vidrio soplado.

En la sala de estar se pueden ver mesitas con forma de riñón. Unos muebles que muchas veces estaban construidos con fórmica, imitando materiales como la madera o el mármol.

Otro equipamiento tradicional presente en la muestra fueron las lámparas de pie central acabadas con tres patas, así como mamparas tapizadas ribeteadas con tachuelas o, incluso, un hula hoop.

En el sofá instalado se podía encontrar a un grupo de estudiantes haciendo pulseras y llaveros con tubos de plástico de diferentes colores fosforescentes con la técnica del escubidú, muy popular en los años 60.

Para decorar la cocina, se enganchan calmomanías de piezas y verduras en los azulejos, los vidrios y los espejos que se transfieren aplicando agua.

También se pueden ver piezas de lencería fina en desuso como las ligas. Un reloj de cocina con forma de plato acaba de configurar la decoración.

El rincón de los retratos, con fotografías de los mismos asistentes, permite a cada uno de ellos integrarse en la muestra y considerarse el mismo como "un pasado de moda". También se pone a disposición de los visitantes un proyector de diapositivas para ver los retratos.

A medida que llegan los invitados, entre los cuales Maria Girona, Toni Gelabert, Pep Bonet o Albert Ràfols Casamada, se les invita a probarse y usar sombreros y otros complementos.

Un tocadiscos permite escuchar una lista de canciones pasadas de moda, la cual configuraba una banda sonora a partir de los éxitos musicales de los discos aportados por los participantes. Un disc-jockey simula un programa de radio para atender las peticiones de canciones de los asistentes. Finalmente, se acaba organizando un guateque.