Guillem Turro Casanovas, diseñador gráfico y de calzado

Tu trayectoria después de estudiar diseño gráfico en EINA te ha llevado al mundo de la moda. ¿Cómo fue esta transición?

Desde que acabé el bachillerato la moda era una idea que me rondaba por la cabeza pero siempre más la parte de los complementos y no las prendes. Cuando tanteé la oferta educativa de este campo en Barcelona vi que era toda muy orientada a costura y tejidos, cosa que me tiró atrás. En EINA había estudiado mi hermana Marina y sabía que el diseño gráfico, todo lo que era crear imágenes, me interesaba muchísimo, así que consideré que era la mejor opción para empezar mi formación.

Durante los cuatro años en EINA investigué qué podría hacer al acabar para continuar formándome y descubrí el grado en Diseño de Calzado de London College of Fashion (Cordwainers). Me fascinó y no dudé al aplicar (mientras hacía cuarto y preparaba el proyecto final). Acabé Diseño Gráfico en EINA en julio de 2011 y aquel mismo septiembre empecé en Londres.

¿Cómo has vivido trabajar con marcas de tanto prestigio internacional?

Es un gran ejercicio de aprendizaje continuo trabajar bajo una identidad reconocida internacionalmente como dices. A pesar de que la moda obviamente tiene tendencias que van y vienen, cuando una marca como Tommy Hilfiger o Carolina Herrera hace un producto tiene que ser claro por el consumidor que tiene sus códigos estéticos. Por eso como diseñador tienes que jugar entre, por un lado, lo que tú tienes en mente que "está de moda" o te gustaría hacer, y por la otra, lo qué encaja dentro de aquella marca y será viable comercialmente.

No se vale ir por libre y después clavar encima una banderita o una hebilla con el logotipo... Además, evidentemente, se trabaja en equipos grandes con mucha gente que opina, cosa que a veces ayuda mucho al juntar esfuerzos para encontrar la mejor versión posible de aquel zapato, y a veces se convierte en un continuo malentendido que acaba con la cancelación de un modelo en el que tú confiabas plenamente.

*¿Qué recuerdas más de tu paso por EINA? ¿Qué cosas son las que más te han ayudado en el ámbito profesional y/o en el personal?

Tengo muchos buenos recuerdos tan académicos como personales y nunca dejo de pensar en cómo me ha ayudado haber empezado por aquí. Las bases teóricas de Historia del Arte y del Diseño que me enseñaron me han proporcionado una infinidad de recuerdos y referencias que sigo utilizando constantemente como fuente de inspiración. Si no fuera por mi paso por EINA no habría aprendido lo qué sé de William Morris, Herb Lubalin, Memphis Milano, Nan Goldin... todo un universo visual que me fascina y motiva cada día.

Además, a nivel práctico, el dominio del software de diseño Adobe (que también se utiliza en moda), a pesar de que en aquel momento fuera un aprendizaje “aburrido”, ahora me ayuda inmensamente. Por cierto, era motivo de envidia de muchos de mis compañeros de carrera en Londres.

¿En que estás trabajando, ahora?

Después de más de 4 años en entornos tan corporativos, decidí dar el paso de ponerme por libre y probar qué es trabajar en el diseño de calzado como freelance. Esto me ha dado la oportunidad de trabajar en proyectos que hasta la fecha nunca me habían llegado: aventuras más pequeñas con jóvenes diseñadores emprendedores e incluso pares especiales y únicos para producciones audiovisuales.

Participar en un videoclip para un artista queer y otro por una drag queen (del concurso RuPaul's Drag Race) han sido dos proyectos divertidísimos en los que he podido lliberar mucha creatividad con el estilo que yo quisiera, cosa que nunca habría podido hacer por marcas comerciales.

¿Cuáles son tus planes de futuro?

Evidentemente este planteamiento como autónomo que tengo ahora, a pesar de ser más libre, presenta momentos dificultosos y épocas de sequía, como en todos los ámbitos de diseño. Los cambios que llevará la actual crisis del Covid-19 a la industria de la moda no los tenemos claros, pero seguro que habrá y muchos.

Cuando yo hago proyectos propios intento, en lo posible, hacer un producto más o menos ético, reutilizando tantos materiales como puedo, cosa que creo que también aporta cierta alma al zapato (utilizar elementos del pasado). Me encantaría poder seguir haciéndolo o encontrar una posición fija como miembro de un equipo en una empresa donde se compartan estos valores de hacer moda de maneras nuevas.