Refugio en la azotea

Desconectar. Pensar. Idear. Respirar. Crear y volver a empezar. Probar, retocar, respirar de nuevo y desconectar un poco más para rematar. Un espacio ubicado en lo alto de Barcelona para estar aislado, distanciado, en soledad. Como estado necesario para el proceso creativo. Para de la nada, trabajar en un proyecto y dar vida a algo que no existe con un único objetivo: inspirarse y crear.

El planteamiento del proyecto se centra en el diseño de un refugio, vivienda y espacio de creación en un contexto urbano, tanto su interior como exterior. La inspiración puede visitarnos observando la gran ciudad, la vida doméstica o los edificios que nos rodean. Se toma como punto de partida un lugar elevado dentro de Barcelona, en una azotea del Born. Estando cerca del centro, pero ubicado estratégicamente en una situación superior para así escapar del movimiento a pie de calle, lejos pero cerca, cerca del cielo.

Pensado para un solo inquilino, un creativo que vivirá de forma temporal en una estructura de andamios que se levanta aprovechando una medianera reconvertida en protagonista en la propia azotea. Respetando al máximo la ciudad, la azotea y la convivencia con los vecinos. El refugio tiene espacios exteriores e interiores, ideado para la vida individual.

El andamio es un elemento que podemos encontrar en la ciudad. Efímero, de fácil montaje y desmontaje. Este factor permite crear altura y planos donde poder caminar o estar. Siendo una estructura firme se propone no solamente trabajar, sino también vivir. Se crecer en vertical y en diferentes alturas. En cada altura, una estancia diferente. Se considera refugio tanto el interior de cada estancia como el exterior. El motivo de esta distribución pasa por la necesidad del propio creador de gozar de privacidad para trabajar o realizar ciertas acciones. Ya sea dormir, asearse o simplemente por cuestiones climatológicas, que pueda resguardarse de la intemperie y tener confort. La comodidad es necesaria para estar en harmonía contigo mismo.