Animales imaginarios 1985. Performance en EINA

Xavier Olivé, Josep Bagà y los alumnos del Taller de Escenografía de EINA organizan, en el marco de los actos de la fiesta de fin de curso de EINA del año 1985, una acción-espectáculo efímera donde la ironía del desconcierto es la protagonista de un montaje imprevisiblemente planificado.

Los actores Tuninho Ribeiro, José Antonio Herrero, Lyn Jackson y Jessica del Teatre Arnau de Barcelona interpretan a una pantera-tigre, una mujer araña, un reptil y un ave fénix, respectivamente. Unos seres imaginarios híbridos, mitad animal, mitad persona, fruto de la recreación del imaginario colectivo desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad. Cuatro "animales" salvajes, pero que a la vez conservan tics de la civilización en las formas de hacer y actuar, al mismo tiempo que participan de sentimientos como el amor o el odio, la atracción y el rechazo. (Olivé; Bagà, 1985).

La acción se desarrolla en el jardín de EINA, al cual el público accede mientras los animales duermen. Las bestias se mantienen en este estado hasta que, en un marco de pompa y fastuosidad, se les sirve una cena personalizada para cada uno de ellos y cocinada en directo por la chef del restaurante Giardinetto Notte, Reyes Modolell (Peiro, 1985). Dentro de su propia jaula, cada ser reacciona de manera diferente e inesperada ante el público y su alimento (Olivé; Bagà, 1985). A veces, arisco y otras sofisticado. No obstante, siempre con un denominador común en la contradicción que se da entre las bandejas de plata o las servilletas de hilo, y la bestialidad de los gestos de los actores. El suelo del jardín se llena de paja y heno para la ocasión. El olor característico de un establo, zoológico o circo complementa la inmersión sensorial a través del olfato.

Resulta curioso el hecho que ninguno de los participantes tiene un conocimiento total de la acción (Olivé; Bagà, 1985). No se realiza un ensayo previo, sino que cada actor sólo recibe las indicaciones necesarias para llevar a cabo su intervención durante la primera hora para, posteriormente en la segunda hora, dar paso a una total improvisación. Los actores actúan totalmente condicionados por el espacio físico (las jaulas), el maquillaje –resultado de una sesión de más de seis horas– y el vestuario (Gabancho, 1985), que dotan a su cuerpo de una significación hasta el momento de empezar desconocida para ellos (Olivé; Bagà, 1985).

El espectador también se convierte en actor, en un espacio conocido, pero alterado por la intervención, y donde no existe un escenario tradicional, sino que todo a su alrededor se va convirtiendo, a medida que avanza la acción, en situaciones insólitas que potencian la ambigüedad como lenguaje, y donde la realidad y la ficción se mezclan después de unos momentos iniciales de aparente normalidad.

Aparición en medios

• Gabancho, Patricia. "El sentido de la fiesta". El noticiero universal (8 jul. 1985), p. 38-39.
• Olivé, Xavier; Bagà, Josep. “Animales imaginarios”. Àrtics: trimestral multilingüe de les arts i de les ics (1985), p. 60-63.
• Peiro, Julian. "Un fin de curso excepcional en EINA". El periódico. Espectáculos (25 jun. 1985), p. 41.

Texto: Rubén Alcaraz y Xavier Olivé.

Imágenes de la acción