El ascenso del hombre como ser vivo y racional está marcado por una continua conquista sobre los materiales que usa en su qué hacer diario.
Los materiales constituyen y forman parte de nuestro entorno de vida, les damos forma, los trabajamos, los utilizamos ¿Cuáles son sus propiedades? ¿Cuál es el proceso que nos lleva de la materia al material?
Vivimos un período histórico en el que las nuevas propiedades de los materiales y los nuevos materiales abren un gran abanico de posibilidades y oportunidades en el diseño y desarrollo de un proyecto o producto, que harán que éste sea diferenciable y de alto valor añadido en el mercado.
Pero no sólo la funcionalidad y la eficacia de un producto o proyecto determinará su “éxito”, se tendrá que tener en cuenta su lado intangible, sus propiedades emocionales, basadas en las propiedades técnicas y sensoriales, puesto que hoy en día los materiales pueden generar interacciones con el usuario, ser autónomos o incluso crecer y morir.
La labor del diseñador ya no trata simplemente de encontrar otros usos para cada material nuevo que se desarrolla, sino que ha de centrarse en proyectar y sintetizar los materiales más adecuados para los nuevos requerimientos que se dan en el mundo del diseño.